El proyecto presidencial que regula la reforma energética pretende que los excedentes petroleros se destinen a una reserva del Fondo Mexicano del Petróleo, dedicada a ahorro de largo plazo, que incluye ‘‘inversión en activos financieros’’, pero la información de las operaciones realizadas con los instrumentos será considerada reservada.
La iniciativa que propone expedir la Ley del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo explica que éste operará como un fideicomiso, con el que la Secretaría de Hacienda y el Banco de México tendrán el control directo de los ingresos petroleros, una vez que se descuente de éstos el pago de la ‘‘utilidad operativa’’ a los contratistas privados.
Para la administración de los recursos obtenidos por la venta del petróleo, extraído gracias a los contratos con la iniciativa privada, el proyecto prevé constituir el fondo, y se considera que éste inicie operaciones el próximo año, como se detalla tanto en la exposición de motivos como en el articulado.
El documento, que fue enviado por el Senado a la Cámara de Diputados después de recibirlo del presidente Enrique Peña Nieto, indica al respecto: ‘‘El Fondo Mexicano del Petróleo, fideicomiso público del Estado constituido por la Secretaría de Hacienda (...), como fideicomitente, en el Banco de México, como institución fiduciaria, forma parte de la Federación y no será considerado entidad paraestatal.’’
La intención de abrir el fondo, agrega, es garantizar un manejo responsable y transparente sobre el uso de los ingresos petroleros, y que éstos se destinen a cubrir parte del gasto público al ahorro de largo plazo y en inversiones ‘‘que servirán de verdadera palanca de desarrollo y del bienestar’’.
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