El agua que sería utilizada en ese método implica altos costos de extracción y tratamiento
La técnica del fracking (fractura hidráulica) para extraer gas natural del subsuelo no es una energía limpia, ya que genera metano –un gas más potente que el bióxido de carbono, responsable de provocar el cambio climático– y se inyectarán miles de litros de químicos y agua, señaló la Alianza Mexicana contra el Fracking.
Ante las declaraciones que realizó la semana pasada el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Juan José Guerra Abud, acerca de que las ventajas que traerá el gas natural que se extraerá por este método rebasan las consecuencias negativas que pueda tener, y de que se utilizarán mínimas cantidades de sustancias químicas, Claudia Campero y Francisco Cravioto, integrantes de la alianza, refutaron esos planteamientos.
El fracking a lo largo del proceso de explotación provoca que alrededor de 5 por ciento del metano contenido en los yacimientos se fugue a la atmósfera, y tan sólo una molécula de este gas tiene una capacidad de efecto invernadero 20 veces superior a una molécula de dióxido de carbono, indicaron en un análisis realizado.
En relación con el planteamiento de Guerra Abud de que los químicos utilizados serán mínimos, la alianza precisó que es mentira, ya que en cada pozo se inyectan entre 100 mil y 300 mil litros de químicos, que equivalen a uno por ciento de las sustancias incorporadas al líquido de fractura.
La alianza también se refirió al planteamiento del titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), David Korenfeld, sobre que no se retirará agua de consumo humano y de producción de alimentos para ese fin, lo cual también consideró falso, ya que para utilizar agua de fuentes subterráneas profundas para el fracking es necesario retirar sales, metales pesados y otras sustancias que puedan afectar las reacciones del coctel químico inyectado.
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