El 90 por ciento de los habitantes cercanos al pozo petrolero 123, en la población indígena Oxiacaque, municipio de Nacajuca, Tabasco, venero que explotó a finales de 2013, padecen cáncer y enfermedades respiratorias, entre otras dolencias, aseguraron vecinos que ayer ofrecieron una conferencia de prensa en la ciudad de México. Los inconformes exigieron a los gobiernos municipal, estatal y federal pagos por los daños a la salud, ambientales y económicos ocasionados por la explosión del pozo.
Fuente: La Jornada
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