Entre los objetivos de la criticada reforma energética y sus leyes secundarias, se encuentran ciertas consecuencias laborales que, por un lado beneficiarán a los directivos de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), mientras que al mismo tiempo se margina a los trabajadores de ambas instancias.
Altos sueldos y prestaciones es lo que le espera a quienes lideren Pemex y CFE, lo mismo para los consejeros de los órganos reguladores. Pero lo más escandaloso consiste en que además podrán ser de las “excepciones” del artículo 127 de la Constitución, el cual impide que algún servidor público gane más que el presidente de la República.
Por el contrario, los trabajadores petroleros y electricistas tendrán un contrato colectivo de trabajo (CCT), de modo que los consejos administrativos de las empresas citadas serán quienes puedan decidir arbitrariamente su salario, prestaciones y permanencia en el empleo.
De esta manera, las leyes secundarias en materia energética permitirán el despido masivo de trabajadores y los dejará sin derecho al reparto de utilidades, según alertó el perredista integrante de la Comisión de Energía en el Senado, Rabindranath Salazar.
“Se abandona a su suerte a miles de trabajadores de ambas empresas”, dijo el senador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), para luego hacer hincapié en que la meta final de la legislación promovida por Enrique Peña Nieto es desmantelar gradualmente a Pemex y la CFE, empezando por disminuir la plantilla de trabajadores.
Es por esto que el PRD ha propuesto que los artículos 72, 73 y 109 de la Ley de Pemex sean modificados buscando “un esquema para proteger y salvaguardar los derechos laborales del personal de la paraestatal”, expresó Salazar.
Fuente: Revolucion tres punto cero
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