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martes, 26 de noviembre de 2013

México se mantiene en las garras de las empresas monopólicas y los sindicatos: ‘The Economist’

La revista analiza 1 año de gobierno de EPN. Señala como la "prueba mayor" la reforma energética, en específico, asegurar la aprobación de las enmiendas constitucionales históricas quitando el monopolio a Pemex, la compañía petrolera estatal, y a la CFE.



Artículo: “El presidente de México, un año dirigiendo desde la retaguardia”.- ‘The Economist’

El semanario británico The Economist publicó el pasado viernes 22 de noviembre en su edición impresa un artículo en el que hace un balance sobre el primer año de Enrique Peña Nieto al frente de la presidencia de México.

La influyente publicación hace un análisis sobre las reformas estructurales que ha impulsado la actual administración y hace hincapié en los retos que enfrenta el gobierno, pero reconoce, sin embargo, que el PRI “se mantiene en las garras de las empresas monopólicas y los sindicatos”.



Sobre la reforma en el sector de telecomunicaciones, la revista señala que “la creación de una auténtica reforma autónoma que podría frenar la dominancia de Telmex, el gigante de las telecomunicaciones controlada por Carlos Slim, un multimillonario, y de Televisa, la emisora más grande de la nación, es un tardío intento de abrir el mercado de la información en una sociedad inundada jóvenes amantes de las nuevas tecnologías”.

A continuación la traducción completa realizada por Aristegui Noticias del artículo publicado por The Economist

El presidente de México

Un año dirigiendo tras bambalinas

La prueba de un verdadero programa de reforma encaminado a aumentar la confianza estará en la letra pequeña y la robustez de su implementación.

CUANDO Enrique Peña Nieto habló en una conferencia de The Economist este mes, le fue recordado que esta publicación le había apoyado el año pasado, con cautela, para ser presidente, como “el menos malo” de los candidatos. El público se carcajeó nerviosamente. De un trato fácil en persona, el presidente raramente se expone al público con tales bromas. Pero aunque su primer año de gobierno ha tenido algunas bajas, ha tenido más subidas. Si es capaz de traer a casa la serie de reformas que ha puesto en marcha, podría transformar a México.

Esa es una gran pregunta. El tema que ha influenciado los cambios de este año es la competencia. México, que es gobernado una vez más por el Partido Revolucionario Institucional (PRI ), que condujo durante 71 años al país hasta el 2000, se mantiene en las garras de las empresas monopólicas y los sindicatos. Con el respaldo formal de los dos principales partidos de la oposición en el “Pacto por México “, el señor Peña se ha dedicado a reescribir partes de la constitución para debilitar esos intereses atrincherados . El objetivo, dice, es impulsar el crecimiento económico mediocre de México y de la productividad así como reducir la pobreza que sigue afectando a la mitad de la población. La agenda legislativa aún no está completa, aunque el Congreso espera concluir las principales reformas antes del 15 de diciembre. Incluso si lo hace, el reto del próximo año será el de hacer cumplir las nuevas reglas.

Sobre el papel, las metas son impresionantes. En la educación, el objetivo es mejorarla, en un país que clama por trabajadores bien calificados. Los profesores se enfrentan a las pruebas que podrían costarles sus puestos de trabajo si fallan. La dispendiosa y excéntrica líder del sindicato magisterial ha sido arrestada. La creación de una auténtica reforma autónoma que podría frenar la dominancia de Telmex, el gigante de las telecomunicaciones controlada por Carlos Slim, un multimillonario, y de Televisa, la emisora más grande de la nación, es un tardío intento de abrir el mercado de la información en una sociedad inundada jóvenes amantes de las nuevas tecnologías. Una reforma de la banca para impulsar préstamos bancarios en un país donde el crédito como proporción del PIB es aproximadamente la mitad del promedio de la región está orientada para ayudar a las pequeñas y medianas empresas.

Pero en muchos casos los organismos reguladores que supervisan las reformas necesitarán agallas y el apoyo político cuando se desafían sus decisiones. El nuevo regulador de telecomunicaciones, Ifetel, tiene la intención de aplicar una “regulación asimétrica ” a los adversarios con el dominio del mercado, que tienen una enorme influencia política. El instituto a cargo de la evaluación de los maestros tendrá que lidiar con los sindicatos de maestros disidentes que han llamado a la huelga en contra de los cambios.

Mayor prueba del señor Peña es la reforma energética. La tarea inmediata es asegurar la aprobación de las enmiendas constitucionales históricas quitando el monopolio a Pemex, la compañía petrolera estatal, y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Si las empresas de energía acuden a invertir o no a México dependerá de la letra pequeña de los contratos y la imparcialidad de los reguladores. Eso sólo puede ser evidente a partir del próximo año.

Incluso el cambio constitucional no está del todo cocinado, dicen los congresistas. El conservador Partido Acción Nacional (PAN) ha rechazado la propuesta original del señor Peña de participación en las ganancias del petróleo al considerarlas como demasiado tímidas. En su lugar, quiere que se otorguen contratos de concesión para las empresas de riesgo, como la perforación en aguas profundas y el desarrollo de gas Shale. Ello permitiría a grandes petroleras poner las reservas en sus cuentas bancarias, dice Jorge Luis Preciado, el líder del Senado del PAN con sombrero vaquero. Los petroleros dicen que esto es un requisito previo para invrtir el dinero en el país.

El PRI está dispuesto a sacrificar la inviolabilidad de Pemex y la CFE. Preocupaba que la palabra “concesiones” -resonante de los enclaves a cargo de empresas extranjeras que llevaron a la nacionalización del petróleo en 1938- afectara un tabú muy importante. En su lugar, se pueden aceptar “licencias”, un término que suena más inocuo pero significa lo mismo. “Siempre y cuando no usamos la palabra ‘concesión’, estamos bien “, dice Javier Treviño, un legislador del PRI.

Para llegar allí, sin embargo, el PAN primero quiere asegurar una reforma política para debilitar a otra fuerza arraigada, la del PRI. Con el uso de la reforma energética como una moneda de cambio, se espera asegurar la supervisión federal de las elecciones regionales y poner fin a una prohibición de la reelección (para legisladores y alcaldes, pero no el presidente) que es un ‘mantra’ tan grande que en México incluso está impreso en el dinero. En esto es apoyado por el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Los hombres de negocios están furiosos por una reforma tributaria aprobada el mes pasado que simultáneamente aprieta el cinturón y afloja cordones de la bolsa del gobierno. Se quejan en privado de que muchas de sus quejas sobre la reforma no llegaron a oídos del presidente. Sólo una reforma energética importante es probable que los apacigüe.

La economía se ha estancado prácticamente este año. Los críticos dicen que esto se debe en parte a Luis Videgaray, el ministro de Hacienda, que se ha ocupado demasiado con la reforma y no lo suficiente con el trabajo del día a día de la gestión de la economía. Un congresista del PRI, dice del señor Videgaray, quien actúa como jefe no oficial de la Presidencia, que puedo haber malgastado sus energías en otras cosas.

La seguridad sigue siendo frágil, también, con los nervios crispados después de un aumento en los secuestros y la extorsión, así como la persistente violencia relacionada con las drogas en el sur y el occidente, en algunas de las zonas más pobres del país. Al igual que con la economía, mucha responsabilidad ha sido puesta en manos de un solo hombre, Miguel Ángel Osorio Chong, el ministro del Interior. Incluso los partidarios del presidente dicen que debería comenzar a ampliar su equipo.

En su primer año el Sr. Peña ha dirigido con éxito, desde atrás, con bajo perfil, escuchando los consejos y permitiendo a las partes en el Pacto por México tomar parte del crédito por las reformas. Esto, dice el historiador Héctor Aguilar Camín, le ha permitido hábilmente (a Peña Nieto) mantenerse por encima de los conflictos políticos. El año que viene, cuando las reformas comiencen a afectar los poderosos intereses a los que están dirigidas, puede que (el presidente) tenga que empezar a liderar desde el frente.

Fuente: Aristegui Noticias

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