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lunes, 6 de enero de 2014

Repliegan granaderos a maestros en Monumento a la Revolución, evitan desalojo total

Tras un fallido diálogo con líderes del movimiento magisterial, alrededor de mil granaderos de la Policía Capitalina replegaron a los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que estaban acampando bajo el Monumento a la Revolución, pero sin desalojarlos por completo de Plaza de la República.

Poco después de las siete de la tarde y en plena conferencia de los líderes magisteriales, los granaderos ingresaron al campamento de la CNTE y comenzaron a avanzar desde Avenida de la República hacia la calle de Gómez Farías y Avenida de los Insurgentes.

Empujando a comunicadores y maestros con sus escudos, los policías capitalinos comenzaron a arrasar con carpas y lonas que daban refugio a los inconformes, destruyendo las cocinas y dormitorios que desde septiembre pasado improvisaron los maestros a los pies del Monumento a la Revolución.

Para acabar la operación con mayor rapidez, los policías estaban equipados con navajas y cutters que le servían para cortar las improvisadas casas de campaña de los maestros, pero al menos dos granaderos decidieron usar dichas armas contra los profesores y simpatizantes de la CNTE que se resistían al desalojo parcial del Monumento a la Revolución y de Plaza de la República.

Médico voluntario durante el plantón, Eric Ortiz, acusó a un policía capitalino de agredir de manera directa a un grupo de maestros con una navaja que traía en la mano, sin que pudiera lastimar a nadie.



De igual forma, reportó que otro agente amagó a los maestros con un arma blanca, provocando que los profesores se replegaran, pero sin atacarlos de manera directa como el primer caso.

El repliegue de los maestros se llevó a cabo en tres partes, primero los policías avanzaron hasta liberar las fuentes de luces en Plaza de la República, realizando una pausa que el dirigente de la Sección 9 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Francisco Bravo, aprovechó para advertir que sus agremiados iban a resistir los embates de la autoridad.

“No nos vamos a retirar de aquí, a menos que por la fuerza nos obliguen a retirarnos”, advirtió.

Un segundo repliegue se dio poco hasta las primeras columnas del Monumento a la Revolución, donde un tanque de gas fue derribado por los agentes policiacos provocando una fuga del mismo que entre maestros y granaderos trataron de controlar en medio de empujones y gritos de advertencia, ante el temor de que el cilindro pudiera estallar.

Por más de 15 minutos, parecía que la valla de granaderos se iba a quedar ahí, pero un grupo de jóvenes con el rostro cubierto y armados con palos comenzó a prender huacales, maderas, cartones y lonas en la entrada del Museo de la Revolución, por lo que un grupo de granaderos avanzó con extintores para controlar el fuego.

El avance tomó por sorpresa al líder de la Sección 9 del SNTE y a un grupo reducido de maestros de Veracruz, los cuales quedaron encapsulados en medio de dos filas de granaderos.

El avance final fue justo para desalojar a este grupo que estaba bajo cúpula del Monumento a la Revolución, sin que los maestros respondieran. Su defensa fue marchar hacia atrás mientras sostenían los escudos de los granaderos para no ser golpeados.

Finalmente, los policías se detuvieron al llegar a la entrada del Museo Nacional de la Revolución, replegando a los maestros hasta las columnas finales del Monumento y el norte de Plaza de la República.

A pesar de que los mentores y sus simpatizantes ya habían sido superados por las autoridades en número y estrategia, el gobierno capitalino se conformó con el repliegue y no concluyó el desalojo del plantón.

Más agresiones a medios… por policías y manifestantes

Durante el operativo, al menos tres comunicadores fueron agredidos por los policías, la reportera Gabriela Rivera de 24 horas, a quien despojaron de su celular y arrastraron por varios metros, un fotógrafo de Reforma y un fotógrafo de la agencia Subversiones.

En tanto, manifestantes atacaron con una viga al camarógrafo de Milenio, Alejandro Flores, y amagaron al fotógrafo de El Financiero, Heladio Ortiz, al cual le exigieron borrar cualquier imagen en la que se pudiera observar el rostro de los jóvenes más activos en la resistencia contra el desalojo.

Al final de la operación, el saldo fue de cinco maestros con golpes leves, una mujer con crisis nerviosa y una más desmayada, según la Brigada Médica del Equipo Marabunta y el propio Francisco Bravo.

Fuente: Noticias MVS

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