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jueves, 12 de junio de 2014

Los primeros pasos hacia la apertura energética los dio Felipe Calderón



(12 de junio, 2014).- “Con esto, se termina el viejo temor que, honestamente, existía entre muchos mexicanos, de que el petróleo de México fuera extraído unilateralmente desde el otro lado de la frontera. El llamado efecto popote”, esas fueron las palabras de Felipe Calderón el 20 de febrero de 2012 cuando realizó la firma del Acuerdo entre México y EE.UU., relativo a los yacimientos transfronterizos de hidrocarburos en el Golfo de México. Ese día se iniciaban los primeros pasos de la apertura energética en el país.

Pero apenas el 19 de diciembre del 2013, el Senado estadounidense aprobó el acuerdo transfronterizo firmado en el sexenio calderonista, como parte de las negociaciones del presupuesto del 2014, el acuerdo aprobado por el Senado mexicano en 2012 establece el marco legal para la administración de la región limítrofe entro México y EE.UU. en el Golfo de México, a fin de explotar comercialmente las reservas de petróleo y gas.

En el discurso que Calderón pronunció en Baja California Sur, enfatizó que el acuerdo permitiría maximizar la recuperación de hidrocarburos y fortalecer los ingresos públicos a través de Petróleos Mexicanos (Pemex), y que con esto la paraestatal adquiriría experiencia y tecnología de punta.

El acuerdo bilateral firmado en 2012, únicamente contemplaba los alcances de la reforma energética del 2008, donde aún las leyes prohibían que Pemex explotara de manera conjunta los recursos con las empresas extranjeras del lado norteamericano.

El hombre de confianza de Calderón, y que seguramente hubiera sido el candidato presidencial panista durante la contienda del 2012, Juan Camilo Mouriño, estrechó los lazos con las empresas extranjeras en Pemex cuando fue subsecretario de Energía, y la empresa Ivancar, propiedad de su padre, Carlos Mouriño Atanes, recibió de la paraestatal adjudicaciones directas por casi 100 millones de pesos para el transporte de hidrocarburos.

De acuerdo con el diario La Voz de Galicia, Juan Camilo Mouriño había viajado a Galicia el 18 de julio del 2007 y había ofrecido a los dueños de varios astilleros un pedido de buques pesqueros petroleros, y la compra se realizaría a cambio de la tecnología y de la promesa de inversión directa de los empresarios gallegos en nuestro país; la promesa por parte del gobierno mexicano fue cumplida.

Al final del sexenio calderonista se dio a conocer que habría una inversión de casi 130 millones de dólares para el sector naval de Galicia; al llegar el relevo presidencial y como parte de su gira a España, Enrique Peña Nieto anunció que ratificaría el acuerdo iniciado durante la administración de Calderón.

Ahora que terminó su gira europea, ni Peña Nieto ni Pemex o el gobierno español han hablado sobre el sector naval y sus inversiones con la paraestatal, el asunto parece que busca perderse en el tiempo como las discusiones sobre la reforma energética, pues a partir de este jueves, para algunos sectores de México y el mundo no existe otro tema que no sea el Mundial de futbol en Brasil.

Este miércoles 11 de junio, Jaime Serra Puche señaló que era “bastante optimista, porque creo que se nos perfila un potencial de crecimiento gracias a las reformas, cuando ocurran, que es muy interesante, y va a aumentar mucho la competitividad de la economía mexicana”. El ex titular de la desaparecida Secretaría de Comercio y Fomento Industrial durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, y negociador principal del Tratado de Libre Comercio (TLC), participó en el XXVI Simposium IMEF 2014.

Ahí dijo que “con la reforma energética en particular, México podrá tener acceso a gas más barato para la producción y competitividad de las manufacturas mexicanas”. Serra es uno de los hombres señalado como probable inversionista tras la entrada plena de la reforma energética, pues actualmente es el presidente de la consultoría SAI Derechos & Economía.

Valdría la penar recordar el dato que ofreció con motivo del 20 aniversario de la entrada en vigor del TLC, el ex legislador Humberto Hernández Haddad, pues recordó que “en 1993 México era el cuarto país en el mundo en captación de inversión extranjera directa, y actualmente está en el sitio 20”. El discurso oficial promete que las reformas nos darán el crecimiento prometido por años, pero a dos décadas del tratado comercial el país no entró al primer mundo como nos hicieron creer.

Fuente: Revolución 3.0

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