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martes, 26 de agosto de 2014

Tal vez porque nunca había gobernado Miguel Ángel Mancera

Desde la llegada de Miguel Ángel Mancera al Gobierno del D.F. (Distrito Federal), se ha detonado una serie de eventos en el que la violación a derechos fundamentales has sido ignorados y violentados por parte de la policía bajo el mando de él.

Aunque hay voces que no han del todo señalando la responsabilidad de Miguel Ángel Mancera y Marcelo Ebrard en la represión del 1 de Diciembre del año 2012; los hechos ahí están palpitando aún en la mente de los mexicanos y en particular en las de los habitantes del D.F. Si bien por un lado Ebrard se deslindó dado que según él ya no estaba en funciones, por el otro; Mancera Espinoza argumentó que no estaba dentro de su periodo. Lo que sí es cierto es que uno no se preocupó por el estado en que dejaban a la ciudadanía y el otro por cómo la recibía. El saldo fue claro; la muerte del actor teatral y activista Kuy Kendall, cientos de detenciones arbitrarias y muchos más heridos, todo con el objetivo claro de agradar a la dictadura enquistada hoy en el poder a base de su clásica costumbre; el fraude electoral.

Eso solo fue el inicio de un sistema policiaco sin precedentes en la capital, que sin miramientos detiene, lesiona, judializa y encarcela a cualquier persona que levante la voz, e incluso; aunque solo grabe alguna acción contraria a los derechos fundamentales consagrados en la Carta Magna, esto a manera de evidencia.

Hay una lista interminable de injusticias en esta entidad federativa que bien emula a la dictadura de muchos años atrás, el colmo es que esto se da lugar bajo una idea equivocada de lo que es una izquierda gobernante que más bien rebasa a muchas de las derechas en el país.

Después del caso de Kendall, la policía se he dedicado a ir lesionando la incipiente democracia en el país, y esa lista tiene nombres: Yakiri Rubio, Carlos Esteban Jiménez, Luis Barrera, Jorge Mario González, Luna Flores, Jesse Alejandro Montaño, Bryan Pérez, Abraham Cortés y Alejandro Bautista, entre otros tantos más. Todos víctimas ya sea de la incompetencia del sistema judicial y/o directamente por la arbitraria y desagradable actuación de elementos policiacos.

Nadie se salva, incluso se ha arremetido contra la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que fueron expulsados violentamente por granaderos, o los bomberos del D.F. que años atrás hicieron huelga de hambre cerca de las oficinas del Gobierno del D.F. e igualmente fueron exiliados del zócalo hoy propiedad exclusiva del regente Mancera. Y si nos vamos más atrás, aún bajo el mandato de Ebrard Casaubon, Mancera Espinoza encargado del cuerpo policiaco defeño, detuvo a integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), cerca de las inmediaciones de la hoy extinta Luz y Fuerza, los cuales estuvieron en prisión alrededor de dos años. Se suma a esto también, el caso de San Bartolomé Ameyalco donde granaderos entran a esa población y arremeten contra todos haciendo una exhibición de agresión en despoblado.

A tal grado ha sido esta persecución y judialización, que ahora en el Sistema de Transporte Colectivo Metro se replican esas actuaciones donde elementos sin capacitación y sin conocimiento de que son meramente servidores públicos, arremeten en contra de quien sea bajo cualquier pretexto y ahí hay otra lista enorme de agravios.

Tan solo hace algunos días, los “guardianes del orden” del metro; violentaron a una joven estudiante de la UNAM de nombre Samantha Valdez que en redes sociales exhibió sus lesiones a manos de la autoridad del metro tan solo por el hecho de grabar una detención arbitraria:





Otro ejemplo, es el de Ernesto Aguilar que por el hecho de grabar nuevamente otra detención arbitraria, fue remitido al Reclusorio Oriente acusado de toquetear a una policía dentro de las instalaciones, pues según la acusadora argumentaba que le habían tocado los senos, pasando por alto que ésta, traía chaleco antibalas, es decir; según ellos, el joven hurgó debajo de su chaleco mientras ella solo lo contemplaba y su compañero observaba.



Uno más es en donde detienen a un estudiante de la UACM por protestar ante el aumento a la tarifa del metro saltándose el torniquete, luego violentamente lo desalojan a él y su compañero que grababa el hecho.





Pero se siguen sumando más eventos de este tipo, tan solo el día de hoy detienen a un joven por el hecho de pedir a un policía del metro que se identificara, y lo acusaron nuevamente por ultrajes a la autoridad y levantamiento de falsos, después de llevarlo al Ministerio Público lo dejan en libertad.



Se me escapan de la memoria algunos casos más, porque no son solo estos, hay muchos más en los que bajo el amparo de Héctor Serrano y Miguel Ángel Mancera, la policía capitalina sigue agrediendo a la gente que ya sea hace uso de su derecho legítimo a la protesta o simplemente busca rescatar un testimonio en video de hechos incorrectos. En todo esto, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), es un chiste mal contado de madrugada, pues no funge como defensora de los derechos humanos, ni siquiera de los indispensables básicos, más bien aparenta ser comparsa de este gobernante sanguinario que lo único que busca es tener a una capital sometida antes de la ola de manifestaciones que se avecinan, todo parece apuntar que busca el sometimiento solo para agradar al Ejecutivo Federal (impuesto) en turno.

Mejor para todos nosotros hubiera sido que el accionista de los Bisquet´s de Obregón terminara como eso solamente, o en el mejor de los casos; como doctor y no como un porro, no como un tapete de Enrique Peña Nieto, no como un fracaso de la izquierda que tanto anhelamos.

Nunca los capitalinos fuimos testigos de tal agresión a la libre manifestación, nunca vimos una izquierda tan del lado de la derecha, nunca habíamos sufrido tal violencia, nunca habíamos visto una policía tan envalentonada, tal vez porque nunca había gobernado Miguel Ángel Mancera.

Aldo Conde A.

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